DE LA IDEA A LA EMPRESA

Por: Carlos Cevallos
Entre las 11 acepciones que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene para la palabra idea, destacan a los efectos utilizables para el mundo empresarial las siguientes:
 
·    Conocimiento, puro, racional, debido a las naturales condiciones del entendimiento humano.
·     Plan, disposición que se ordena en la imaginación para la formación de una obra.
·     Intención de hacer algo.
·    Concepto, opinión o juicio formado de alguien o algo.
·    Ingenio para disponer, inventar y trazar una cosa.
·     Convicciones, creencias, opiniones.
 
Podemos definir una empresa, convencionalmente hablando, como una unidad económico-social integrada por elementos humanos, materiales, financieros, técnicos, etcétera. Cuyo objetivo es la obtención de un lucro por medio de una participación en el mercado, donde pueda comercializar los bienes o servicios que brinde, utilizando los factores tradicionales de la producción trabajo, tierra y capital.
 
De las acepciones que tomamos para los efectos de definir qué es una idea podemos congregar de manera importante los conceptos que tienen que ver con racionalidad, entendimiento, plan, disposiciones organizadas, imaginación, intención de hacer, opinión respecto de algo, ingenio, inventiva y convicción.  
 
Los conceptos anteriores nos muestran que una idea pertenece al mundo de lo abstracto y pensamos que entre mejor planificada y ordenada este, puede tener mejor posibilidad de llevarse a cabo, puede mostrar un ingenio, una ruta respecto de la forma de hacerla.
 
Cuando hablamos de empresa ya tenemos presente los elementos materiales, humanos, financieros y otros tantos que de forma operativa están persiguiendo e interactuando en un mercado de bienes o servicios con el objeto de conseguir un lucro.
 
En razón de lo anterior deducimos con facilidad que el tener una idea no necesariamente conduce a la operatividad y viabilidad de una empresa, se requiere de mucho trabajo para poder transformar las ideas en organizaciones funcionales; y ese trabajo tiene que ver con la sensatez, la audacia y la inteligencia del emprendedor que inicia la construcción de su empresa.
 
Para convertir la idea en una empresa viable tendremos que establecer una metodología de trabajo, encontrar la necesidad que va satisfacer el producto o el servicio, qué proponemos lanzar al mercado, crear y desarrollar ese producto o servicio detalladamente.
 
De especial relevancia es la forma en qué nuestro producto o servicio va a ser monetizable y en qué cuantía, por lo tanto es trascendental en cualquier proyecto de inversión que se realicen exhaustivamente las proyecciones financieras de ingresos y egresos del proyecto, para que se manifieste desde el principio en qué tiempo se va a poder concretar el inicio utilidades y la forma en que éstas van a ir creciendo; si no es lograble la utilidad, poco tiempo duraremos en el mercado pues se volverá el financiamiento de una operación que terminará por agotarnos.
 
Pero el factor más trascendental indudablemente es tomar la decisión de emprender una decisión que debe entrañar profunda voluntad y disciplina en razón de que el camino para crear, desarrollar y consolidar una empresa es muy largo.
 
Una vez que ha sido tomada la decisión de emprender debemos usar, como todo ser humano, nuestra parte racional y nuestra parte creativa en el proyecto que hemos decidido incursionar y es condición necesaria tener la capacidad de síntesis para transmitir de qué se trata nuestro proyecto; esta capacidad de síntesis será indispensable para conseguir el fondeo, los créditos, las sociedades, que se requieran para la financiación del proyecto. Si por el contrario en lugar de poder resumir y transmitir la idea con claridad y agilidad nos hundimos en cuestiones difusas y largas, será imposible conseguir los recursos financieros que estemos buscando para impulsar nuestro proyecto.
 
El plan de mercadotecnia también resulta importante para poder concretar la función de una empresa en sus dos grandes vertientes generales: marketing digital y todo lo que no entra dentro de esa esfera digital, pero que también es útil para vender.
 
Habrá que crear una imagen poderosa y conseguir el capital necesario para desarrollar el producto y los servicios qué proponemos al mercado.
 
Quiero agregar con particular énfasis, porque a veces en los proyectos se privilegia, naturalmente las finanzas, administración, mercadotecnia y se dejan de lado los aspectos jurídicos; por eso en este artículo con especial relevancia los emprendimientos deben tener perfectamente organizada la cuestión jurídica, como por ejemplo: Constitución de la empresa, régimen fiscal seleccionado, libros corporativos y societarios, emisión de acciones, contratos, relaciones laborales, etc Porque el fallar en los aspectos legales puede dar por concluido o por desvirtuada la calidad de un proyecto e inclusive si no se tiene perfectamente afianzada la posición accionaria o los mecanismos de incrementos de capital, el emprendedor podrá verse en problemas futuros debido a no prever adecuadamente las cuestiones legales.
 
Es muy importante consolidar un gran equipo de trabajo, colaboradores que tengan convicciones del proyecto y que lo entiendan, que exista cohesión y convicción, para que finalmente llegado el momento oportuno, en donde nos encontremos sólidos y con el dominio total del proyecto podamos salir a vender e iniciar la ruta del éxito, para nuestra empresa conscientes de que llevará tiempo y mucho esfuerzo.


Ciudad de México, Agosto 2020.

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